Agur Norber, gracias por todo


Ayer recibimos la triste noticia de que nuestro compañero Norberto Ibáñez nos había dejado durante la noche. Para aquellos que trabajaron a su lado, hacía mucho tiempo que Norberto había pasado de ser solo un compañero para convertirse en un amigo. Y como bien saben ellos, además de ser un buen profesional y una persona de enorme corazón -¡aunque a veces un poco cascarrabias!-, Norberto es un histórico de la ikastola.
En 1977 se hizo socio de la cooperativa y desde ese mismo instante ya sabía que la ikastola sería algo muy especial para él. Lo que no sabía, sin embargo, es que él se convertiría en un compañero de viaje imprescindible, de esos que dejan huella.
Trabajó con entusiasmo y con la vehemencia de los que ponen el alma en aquello en lo que creen, tanto es así que tras jubilarse fueron no pocas las ocasiones en las que vino a la ikastola a ayudar en todo lo que se le necesitara.
Pero eso sí, sin olvidarse nunca de que también se hace ikastola fortaleciendo las relaciones a través de buenos momentos de ocio. ¡Cuántos recuerdos de esas comidas interminables trufadas de humor y, por supuesto, obligado cancionero!
De hecho, si Norber era bueno en su trabajo, en las distancias cortas era excepcional.
Agur Norber, estamos seguros de que ya estás reuniendo las mejores viandas para una gran comilona, así que no te entretenemos más. Agur, laguna. On egin!

Norberto en una comida de la ikastola, con su gran amigo Ángel Simón, recientemente fallecido

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