Publicado en ...INTRODUCCIÓN

INFORME COVID-19 DE ASTI LEKU

EL CURSO 2019/2020 SERÁ PROBABLEMENTE RECORDADO COMO EL MÁS EXTRAÑO DE LA HISTORIA DE LA EDUCACIÓN EN LOS ÚLTIMOS AÑOS. CUANDO COMENZÓ NADIE PODÍA PREVER EL CAMBIO RADICAL DE ESCENARIO QUE SE NOS VENÍA ENCIMA. EL 13 DE MARZO, A CONSECUENCIA DE UNA PANDEMIA INICIADA EN EL OTRO EXTREMO DEL MUNDO, EL GOBIERNO VASCO ORDENÓ EL CESE DE LA ACTIVIDAD DOCENTE PRESENCIAL EN EUSKADI.

Los centros, con sus pasillos, aulas y patios vacíos se convirtieron en unos espacios distópicos de los que habían desaparecido los alumnos y alumnas y también los profesionales. Se había interrumpido por motivos sanitarios el contacto humano y la actividad escolar.

En pocos días y con las personas encerradas en sus casas, Asti Leku empezó a levantar la cabeza, a recomponerse telemáticamente para poder atender a los alumnos a distancia, para poder seguir con nuestra labor. Poco a poco se consiguieron reanudar las clases con cierta normalidad en los cursos de los alumnos más mayores. Los pequeños, con menor autonomía para poder conectarse telemáticamente con la ikastola, fueron los que más perjudicados resultaron en el escenario de educación no presencial. Ellos necesitan tocar, compartir, convivir y aprender sin pantallas, de modo natural.

El desarrollo de esos meses fue un ejemplo de colaboración y de trabajo en equipo de familias y profesionales. Una trainera en la que cada uno remaba desde casa, preocupándose siempre de estar conectados y de que ningún alumno o alumna quedase atrás.

El final de curso, con una evaluación eminentemente diagnóstica y en un escenario de cierta confusión sobre qué alumnos y profesionales se incorporarían a la actividad presencial fue también una situación en la que lo fundamental era la capacidad de adaptación y de previsión de los escenarios futuros.  

CURSO 2021/2021

El 25 de junio se publicó el Protocolo General que establecía el Departamento de Educación para el curso 2020/2021. Este protocolo, desarrollado por un Protocolo Complementario que, a su vez, fue sufriendo modificaciones durante buena parte del curso (la última de febrero de 2021) establecía inicialmente la previsión de un escenario de actividad presencial en los centros incorporando una serie de medidas de higiene y seguridad.

En la comunidad educativa eran muchos los que pensaban que la actividad volvería a ser telemática; que en algún momento la situación sanitaria nos obligaría a un nuevo encierro. Afortunadamente las previsiones más pesimistas no se han cumplido.

Asti Leku, como el resto de los centros, estableció mediante un Plan de Contingencia cuál sería la estrategia para afrontar un curso tan complicado. La hipótesis, siguiendo al Gobierno, era que tendríamos clases presenciales y simultáneamente circunstancias de confinamiento de alumnos sueltos e incluso, en algún caso, aulas enteras confinadas si la situación sanitaria lo requería. 

Para planificar el curso había que tomar en consideración dos tipos de aspectos: los sanitarios y los educativos.

Desde el punto de vista sanitario las medidas generales para hacer frente al Coronavirus, son:

  • El uso de mascarillas
  • El mantenimiento de la distancia interpersonal.
  • La higiene de manos.
  • La limitación de los contactos. 
  • La ventilación de los espacios y las medidas de limpieza adicional.

Desde el punto de vista educativo hay que destacar:

  • La flexibilización curricular, 
  • La evaluación diagnóstica y las consiguientes medidas de refuerzo 
  • y todo un abanico de actuaciones para poder llegar a los alumnos que pudieran estar confinados en sus casas.

La aplicación de todas las estrategias referidas ha terminado caracterizando el curso como un periodo muy difícil. Difícil por un buen número de motivos que impiden el normal desarrollo de la vida y, consecuentemente, de la actividad docente.

El uso de la mascarilla es un obstáculo para la comunicación, no sólo por los problemas de audición que genera, sino también porque oculta la mitad del rostro perdiéndose muchos matices del lenguaje no verbal, por ejemplo, la sonrisa.

La necesidad de mantenernos en grupos burbuja ha restado mucha interacción a los alumnos y alumnas, con un grave daño adicional a todo el ámbito de las actividades extraescolares, muy especialmente al importantísimo desarrollo de las actividades deportivas.

El mantenimiento de las normas de distancia interpersonal está teniendo también consecuencias desfavorables para nuestra labor ordinaria. El jantoki y los patios han sido puntos en los que tuvimos al comienzo de curso dificultades que generaron bastante nerviosismo. Finalmente, con la habilitación de dos nuevos comedores para el alumnado y con el nuevo sistema de vigilancia de las zonas de patio, se ha conseguido ejercer ambas actividades de forma más segura y tranquila.

Siguiendo con el mantenimiento de la distancia interpersonal, ha habido que organizarse de tal modo que las reuniones profesionales se hagan por vía telemática o evitando los grandes grupos como los claustros.

Aun así, si el curso está siendo muy complicado, no es menos verdad que hemos aprendido muchísimas cosas. De todo lo nuevo que hemos adquirido no es lo más importante aquello que en principio parecía más evidente, la digitalización y el empleo de nuevas tecnologías aplicadas a la educación, no. Lo más relevante ha sido volver a poner en valor uno de los tesoros más grandes que puede tener un padre o madre, un educador o educadora y una ikastola: la paciencia. 

Todas las dificultades, todos los inconvenientes se han ido superando poco a poco, con esfuerzo y paciencia. Respetando filas y horarios de entrada a los comedores, a las clases, a los patios; circulando por unos pasillos señalados con flechas y sorprendentes señales de prohibido; jugando sólo con nuestra burbuja y no con los otros amigos y amigas. Poniéndose la mascarilla, lavándose las manos; recibiendo clases con micrófono, dando clases con micrófono…

Pero si hay algo en lo que coincidimos todos los adultos de Asti Leku es que este curso hemos aprendido mucho de nuestros alumnos y alumnas. Han dado una gran demostración de disciplina, de comprensión, de resistencia y de valentía. Han mantenido la alegría y el buen ánimo en todo momento y nos han recordado a todos que nuestro trabajo es uno de los que más sentido tiene: formar personas competentes para adaptarse a las circunstancias de la vida.

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